Un sistema de protección contra incendios generalmente incluye detectores de humo y calor, rociadores automáticos, alarmas y notificaciones, paneles de control centralizados, y extintores portátiles. Estos componentes trabajan juntos para detectar, alertar y suprimir incendios de manera efectiva.

Los detectores de humo utilizan sensores ópticos o iónicos para identificar partículas de humo en el aire, mientras que los detectores de calor responden a aumentos rápidos de temperatura. Al detectar una amenaza, ambos tipos de detectores activan una alarma para alertar a los ocupantes y a los sistemas de respuesta automática.

Los sistemas de protección contra incendios deben ser inspeccionados y mantenidos regularmente para asegurar su correcto funcionamiento. Esto incluye pruebas periódicas de detectores, verificación del estado de los rociadores, revisión de las alarmas y actualización de cualquier componente desgastado o defectuoso. SecurityPro ofrece servicios de mantenimiento para garantizar que tu sistema esté siempre en óptimas condiciones.